miércoles, 29 de abril de 2009

trastorno breve y bonito

Yo digo no. Digo: esto así no va. Muerdo una pajita y arranco una calcomanía de un auto estacionado en doble fila. Miro las luces del semáforo y decido que cuando se ponga en amarillo voy a salir corriendo. Corro 30 cuadras sin parar. Freno y respiro. Me siento sola y poderosa. Como una hija única me siento, pienso.
Abrazo a cinco transeúntes y les comento que decidí abandonar la rutina. Entro a un bar y pido a gritos un plato de sopa, cuando siento que alguien me observa fijo. Listo, pienso, encontré el amor. Revoleo una canasta de pan y me siento en la mesa del hombre que me observaba, Conversamos un rato, y decidimos que por ahora no, pero que más adelante, probablemente nos conozcamos, y nos apasionemos bastante.

miércoles, 22 de abril de 2009

Insomnio

Tomo un sorbo de coca cola y
hago un buche que escupo sobre la cama.
Pruebo taparme los ojos con la mano
pegoteada.
Quiero comer y dibujarme el cuerpo.
Trago un pedazo de galleta y agarro un marcador negro.
Pinto mi nombre en la palma de mi mano.
Después me hago un garabato en la pierna derecha.
Lo miro fijo y se mueve.
Soy yo dibujada.
Soy yo que beso a un hombre que me gusta.
En un momento yo, que estoy besando al hombre,
me río, cambio de color y se me hinchan las manos y el pecho.
Pienso: dormirme ahora no me conviene.
No insisto.
No duermo.

lunes, 6 de abril de 2009

Manuela sola y con Julián

Que sola estoy, che; se dice a sí misma Manuela mientras mira en la televisión un programa de preguntas y respuestas. De las preguntas formuladas Manuela sabe 3: que para la anemia las lentejas son mejores que el huevo y el pan, que uno de los integrantes de los beatles se llamaba Ringo Estrella y que si se mezcla alcohol con chocolate y aspirinetas no se produce un desmayo ni un mareo, sino una sensación similar a la de un hongo alucinógeno.
Que sola estoy che, se repite a sí misma cuando termina el programa. Mira el celular de reojo, lo agarra y lee todos los números guardados dos veces.
Después agarra un libro pero no se puede concentrar. Va a la cocina, abre el último flancito que le queda y lo come frente a la computadora apagada.
Termina el flan y se saca la ropa para tirarse a llorar sobre la alfombra persa del living.
Llora y grita hasta que suena el timbre. Se levanta y abre la puerta con los ojos rojos, desnuda e hinchada. Al ver a Julián le dice con voz neutra: ay, que suerte que viniste más temprano porque me sentía medio mal. Julián la abraza y la besa un poco mientras le cuenta en voz muy bajita que adora a las mujeres intensas que lloran sin ropa. Manuela le responde que menos mal porque sino se sentiría muy fuera de lugar y pone cara de loca.
Después cenan como siempre y ven dos películas seguidas hasta quedarse dormidos.