lunes, 15 de junio de 2009

Una niña a oscuras

Cuando su madre apagó la luz, Sabrina se perdió en una noche oscura. Caminó durante cuatro horas sobre sus dos pies, sobre uno sólo y a los saltitos. Tarareó canciones y se habló sola.
Decidió contar la cantidad de veces que sentía que alguien la perseguía y contó 21, contó también la cantidad de veces que pensaba en comer un alcaucil. Fueron 7.
Después, y a pesar de todo, sintió que se sentía mejor así: sola y perdida. “Uh” meditó la niña: “van a pensar que no estoy nada bien”.
Momentos más tarde, se sentó sobre una roca un tanto húmeda y decidió dedicarse un momento romántico a sí misma.

martes, 9 de junio de 2009

Una obrita

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